PRIMAVERA

La fiesta de las flores y
la belleza nos envuelven
Guido Sanchez Santur
sasagui10@hotmail.com
Entre setiembre y octubre, Trujillo de viste de flores y se engalana con la belleza femenina, gracias al nutrido programa del Festival Internacional de la Primavera, que convoca a las reinas de diferentes clubes de leones que vienen de otros países del continente americano.
Como todos los años, la última semana de setiembre y la primera de octubre se suceden las por lo menos 100 actividades programadas a propósito de esta celebración. Esta vez con llamativas innovaciones populares, los festejos de la 58 edición se intensificaron desde el sábado 27 de setiembre, tras el arribo de estas beldades junto a las bastoneras norteamericanas, quienes presenciaron la coronación de la reina del Festival.
Desde esa fecha, ella preside los principales actos celebratorios, Además de visitar grandes empresas, instituciones públicas y privadas, sin dejar de lado el asilo de ancianos y los distritos, una forma de llegar directamente a los pobladores. Este año, el gran corso, en el que desfilaron los esplendorosos carros alegóricos fue domingo 5 de octubre y, como otros años, se inicio en el estadio Mansiche, siguiendo por la avenida España y la avenida Juan Pablo II.
Las agrupaciones, engalanadas con las reinas extranjeras y bastoneras estadounidenses, desfilaron bajo los acordes de las bandas de músicos típicas y de los colegios, delegaciones folklóricas, comparsas, caballos peruanos de paso y carros alegóricos que competieron por el anhelado premio León de Oro.
En esta actividad no solo se puso a prueba la inversión de las instituciones y empresas participantes, sino que sale a relucir su creatividad al momento de adornar los carros alegóricos y se pone en la vitrina a las exponentes de la mujer peruana, entre las reinas locales, nacionales y extranjeras.
ANTECEDENTES HISTORICOS
A medida que fue creciendo la acogida del corso, a lo largo de su historia, las estrechas calles del centro de la ciudad ya no podían contenerlo, ni las plazuelas servían para la concentración de los agrupamientos de la gigantesca columna de carros alegóricos y comparsas, se necesitó espacios más amplios y calles más anchas.
Entonces se volteó la mirada al Estadio Mansiche para la concentración y punto de partida de los agrupamientos. Además presentaba presenta un punto estratégico para salir al anillo vial de la Avenida España, con un recorrido de tres kilómetros. En esta amplia avenida se desplazan los carros alegóricos, bandas de músicos y público espectador.
Desde el día anterior al corso, la avenida España se torna impresionante: las familias se dividen las veredas por metros y cada una instala sus sillas, sillones y hasta sus camas, para no perderse un solo detalle del espectáculo de carros alegóricos. Al promediar las tres de la tarde arrancan las primeras bandas entonando sus alegres melodías.
De pronto, empiezan a aparecer, por un costado de la piscina olímpica, los primeros carros alegóricos: colegios, jardines, universidades, institutos; así como azucareras, esparragueras, distribuidoras de calzado, municipios, entre otras muchas instituciones que se preparan para la ocasión.
Entre esa diversidad de delegaciones, como un resplandor, imponen su belleza las reinas de los clubes de leones trujillanos, nacionales y del extranjero, quienes pasan con su amplia sonrisa de par en par y regalando besos volados sobre sus carros diligentemente adornados.
El público no cesa de aplaudir a cada una de las delegaciones que pasar por su delante, pero quienes realmente se ganan el cariño de los presentes son las waripoleras. Son unas rubias que en pareja avanzan demostrando su habilidad y destreza, haciendo piruetas con el bastón, sus brazos y piernas. E
ntre descanso y descanso de ellas, no faltan quienes burlan la seguridad y se aproximan a ellas para tomarse una fotografía al paso. eL año pasado, esta actividad se inundó de luces y colores, al caer la noche, gracias a la presencia de la que fuera la cadena nacional de supermercados más grande del país: Corporación Wong.
Esto motivó que el numeroso público apostado a lo largo de las avenidas España, Juan Pablo II y América Sur aplauda y ovacione insistentemente el paso de los carros alegóricos y los fuegos artificiales. Este año no será la excepción. La participación de los empresarios con sus carros alegóricos es reconocida por el jurado calificador al escoger al mejor de la fecha.
El 2007 por unanimidad se otorgó el ansiado León de Oro al carro alegórico El Perla Negra de propiedad de Wong. La grandiosidad de este espectáculo atrae la atención de miles de personas que copan cada espacio de la avenida España, en ambos, y no sólo en estrados que se levantan para la ocasión, sino en sillas y bancas que se colocan a última hora, aunque los espacios son separados con varios días de anticipación. Son muchos los que marcan con nombre o enumeran las áreas que ocuparán el mismo ese día de mayor expresión primaveral.
GRANDIOSA FIESTA
El Festival de la Primavera de Trujillo alcanzó relieve internacional en 1960, con la participación de reinas de diversos países de América, invitadas al evento, creciendo su renombre en 1965, cuando por primera vez se presentaron diestras bastoneras norteamericanas, campeonas de Estados Unidos.
A partir de entonces se transformó en tradición, pues ellas identifican al Festival Internacional de Primavera. Este festival fue fundado por el Club de Leones de Trujillo y se inició desde 1950. Nació como una actividad pequeña, pero con los años traspasó las fronteras, convirtiéndose en el certamen más colorido del norte del país, y uno de los más importantes de América.
Los empresarios ligados al turismo (agencias de viajes, establecimientos de hospedaje y restaurantes) adecuan sus ambientes a fin de ofrecer un buen servicio a los turistas y visitantes que, en estas fechas, se congregan en nuestra ciudad.
Gracias a este festival, el turismo experimenta un significativo incremento en los meses de setiembre y octubre. Todas las actividades de la ciudad se benefician con el movimiento económico generado. Se copan los hoteles, hostales y casas de hospedaje con la llegada de cientos de visitantes. El crecimiento económico de La Libertad, aparejado con la mayor presencia de importantes empresas y cadenas comerciales, contribuye a mejorar cada vez más la prestancia del corso, lo cual conlleva a convertirlo en el mejor del país, en su género.

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