Complejo Turístico "Yacumama"


A 12 kilómetros de la ciudad de paja, Rioja (provincia del departamento de San Martín-Perú), por la carretera Fernando Belaunde Terry, en el caserío El Porvenir, un letrero indica el desvío hacia el Complejo Turístico YACUMAMA.

Un ejército de troncos de palmeras de aguaje, a lo largo de unos 150 metros espera al visitante.
Yacumama ocupa un área de poco más de 10 hectáreas.

Su propietario, Hugo Vela Díaz, un riojano defensor del medio ambiente, ha logrado plasmar en este espacio, parte de la majestuosidad de la selva: ríos, lagunas con abundantes peces nativos(gamita y sábalo, principalmente), monos, coloridas avencillas, tupidos bosques y una linda playa junto al río Negro.

Aquí, el visitante puede pescar a sus anchas, pasearse en canoas o bote-motores, ya sea en laguna principal o en el río Negro; nadar, descansar en la playa o internarse en la selva, toda una gama de actividades al alcance del visitante.

La Selva de las Cavernas



El Alto Mayo(provincias de Rioja y Moyobamba-San Martín-Perú) se encuentra en una zona sísmica. Presenta dos fallas geológicas; el cerro, la Ventana y el morro de Angaiza.

Hace millones de años, en esta zona, como producto de la evolución de la tierra se produjeron grandes aberturas que fueron cerrándose con el paso del tiempo, dando lugar a ríos subterráneos y grandes cavernas; por esta razón en cada naciente de río, al pie de la cordillera existe una caverna.

Algunas son accesibles como el de la quebrada de Cascayunga y los ríos Tío Yacu y Soritor; más otras son inaccesibles, como la caverna por donde brota el río Negro que aún aguarda secretos en su vientre.

También hay cavernas sin fuentes de agua, como las de Aguas Verdes, Aguas Claras, El Diamante, San Juan, Santa Fe, Las Velas y La Encañada de Tonchima. En total son aproximadamente 15 cavernas con formas caprichosas de piedra caliza, muchas de ellas pobladas por aves; Huacharos o Tayos.

La caverna más hermosa y más visitada es Cascayunga, ubicado a pocos kilómetros de la ciudad de Rioja. Esta caverna tiene una extensión aproximada de 150 metros. Es la caverna más impresionante de la región. Aquí se encuentran estalactitas, esmalagmitas y pilares de diversas formas y tamaños que tiene en su interior. También hay estalactitas gigantes, altares y laberintos adornados con piedras de diversas tonalidades.

Grandes pilares que se parecen a restos del Imperio Romano y túneles que dan acceso a otros salones no explorados tadavía. La caverna de Cascayunga se ha venida conservando gracias al cuidado de los pobladores del Centro Poblado La Perla de Cascayunga, quienes cuidan celosamente , este valioso recurso y a los bosques que lo rodean.

Esta caverna debe ser colocada en la vitrina del turismo mundial, por su belleza, amplitud y por los recursos naturales impresionantes que guarda en su interior.

Los Renacales del Avisado

El río Avisado se encuentra en la provincia de Moyobamba, en el departamento de San Martín, Perú. Baña una extensa área de aguajales y renacales de más de 3,000 hectáreas. En la actualidad, este valle constituye el último refugio de animales silvestres; monos y aves salvados de la destrucción ocasionada en otros lugares del Alto Mayo.

Navegar por las aguas del río Avisado es una vivencia extraordinaria. Una visita priviliosa en un lugar inimaginable, con cebadas, cataguas, palmeras y árboles que caminan.

Son incontables los kilómetros de nevegación dentro de la sombra de los árboles, respirando el dulce perfume de las orquídeas nacidas aquí, y escuchando el melodioso cantar de pajarillos y cotomonos o monos aullador, quienes anuncian la lluvia.

El árbol de renaco es la madre de la selva, ya que alimenta a las aves, peces y monos. Las raíces saltonas de formas caprichosas de los renacos es lo más sobresalinte y curioso en las aguas. Este árbol predomina en toda la región amazónica. el mismo que ha dado origen a numerosos cuentos y leyendas como el del Chullachaqui, el diablillo del bosque, quien engaña a los cazadores y defiende su hábitad de los depredadores.

Las familias de Moyobamba que habitan en este lugar reciben cordialemente a turistas propios y extrangeros invitándolos a degustar de platos exóticos, como el timbuche de cotolo, pez que abunda en el río; suri con plátano, el sabroso gusano que se desarrolla en el tallo del aguaje, entre otros.

Sin duda alguna, el privilegio de asombrarse ante un valle prodiogioso, sólo está en el Alto Mayo.

Chiquitoy, donde la historia está vigente

Por: Guido Sánchez Santur
sasagui35@gmail.com

Chiquitoy o Chicutoy (Santiago de Cao, Ascope) es un pueblo que abriga una historia milenaria, escenario de una de las culturas más importantes del norte peruano: Moche. Durante la Colonia y la República se caracterizó por su elevada producción agrícola y en esta etapa contemporánea se impuso con el cultivo de la caña de azúcar, gracias a la presencia de los hacendados.
Como muestra de este esplendor aún queda esa hermosa casa-hacienda de amplios patios, puertas elevadas, anchos ventanales y cómodas habitaciones; así como una locomotora que jalaba los vagones en los que se transportaba el azúcar a los puertos liberteños. Por eso, recorrer sus calles es como adentrarse en una página más de nuestra historia.
Entre los años 1000 y 800, en estos valles, floreció la cultura Moche que demostró un alto conocimiento de la ingeniería hidráulica. Luego, en este territorio, se asientan los chimús y después los incas, cuyas construcciones en barro todavía se evidencian.
Además de Chan-Chan, los chimú levantaron una ciudad en cada valle, algunas de las cuales llegaron a ser casi tan grandes como la propia capital, por ejemplo, Chiquitoy Viejo (Chicama), Pátapo (Lambayeque), Pacatnamú (Jequetepeque) y Purgatorio (valle del Leche).
Chiquitoy se convirtió en el principal centro administrativo Inca, provocando la decadencia de Chan Chan. Una de las principales funciones que cumplían los Incas en este lugar era inspeccionar los bienes que se enviaban desde el corazón Chimú a la capital inca, en Cuzco.
Con el arribo de los españoles, según Miguel Feijóo, entre 1538 y 1540 se fundaron los pueblos de indios: Santiago de Cao, Magdalena de Cao, Chocope, Licapa, La Concepción y Chiquitoy.
Chiquitoy fue originariamente uno de los repartimientos asignados a los conquistadores que residían en Trujillo y en el valle Chicama. Felipe Guamán Poma de Ayala (1536-1616) refiere que estos indios e indias eran muy limpios y pulidos.
Este centro poblado se empieza a constituir con indios, mestizos, mulatos, esclavos, negros libres y españoles. Estos últimos desplazaron a los indios de Chiquitoy Viejo y los colocaron en el lugar que ocupa actualmente la ciudad. Entonces, los indios que quedaron eran muy pocos y los negros empezaron a llegar como fuerza de trabajo.
En la República se cultivó uvas, plátanos, peras, olivos, higueras, naranjas y ciruelos, los que ya no están en su mayoría; por el contrario, todavía se mantienen en pie los antiguos ficus sembrados a finales de los años 1600 por la familia Del Risco.
Antes que Chiquitoy sea Cooperativa y luego Club Cooperativo se le llamaba huerto de la hacienda o simplemente huerta hacienda. El ex club presenta dos canchas deportivas, un estadio, una plaza de toros, un coliseo de gallos, una laguna, una piscina para niño y una de adultos, duchas, sombrillas, vestidores y un gran espacio ideal para camping y esparcimiento familiar.
La plaza de toros está ubicada al noroeste del ex club y tiene un diámetro de 34,5 metros. Se la utiliza actualmente sólo en la fiesta patronal de San Martín de Porres, a fines de noviembre cuando se programan corridas.
LOCOMOTORA CON HISTORIA
El visitante también tiene la oportunidad de apreciar la locomotora que se encuentra sobre una huaca preinca, única de esa particularidad. Fue construida en 1902 por la empresa The Baldwin Locomotive Works en su sede central de Filadelfia (EE.UU). Esta misma empresa construyó más de 80 mil locomotoras de diversos tipos en sus 118 años de funcionamiento.
Esta locomotora llamada El Torito No. 5 fue restaurada el 2008 por encargo de la empresa Agraria Chiquitoy y estuvo a cargo de mecánicos de la localidad que pusieron todo de sí para que no perdiera su parecido inicial.
Se trata de una máquina de vapor que la manejaban dos personas: el maquinista responsable de controlar la locomotora y el tren en su conjunto; y el fogonero, a cargo del fuego, la presión y el agua. Tenía un ténder porque llevaba consigo el carbón y agua.
Se la empleaba para trechos pequeños y comenzó a funcionar cuando Chiquitoy era administrado por el arrendatario Víctor Larco Herrera. Fue usada exclusivamente en el transporte de caña, azúcar y personal. Su combustible predominante fue el carbón, aunque también se usó la madera y el bagazo de la azúcar de caña.