MUSEO DE ARTE MODERNO

Cultura entre jardines
Guido Sánchez Santur
Un muro de enormes paredes, un elevado portón de madera y las frondosas ramas y coloridas flores que se aprecian desde el exterior son indicios de su esplendorosa grandeza. Detrás de esas gruesas paredes aparecen imponentes un paradisíaco jardín y las ochos salas de exposición de las obras de los más grandes artistas plásticos del mundo.
Hemos cruzado las fronteras del Museo de Arte Moderno y estamos en lo que fuera la residencia y cuna de su inspiración del artista, Gerardo Chávez, quien a través de la fundación que lleva su nombre, edificó este recinto, el único en su género, en nuestro país. La primera imagen que nos capta la atención es El Guardián, un mítico minotauro (mitad hombre y mitad toro), una escultura símbolo de Gerardo Chávez, instalada sobre un laberíntico piso construido con ladrillos, rodeado de una fuente de agua.
Nuestro recorrido empieza por las dos primeras salas pequeñas, donde nos sorprenden los dibujos y grabados de artistas latinoamericanos y europeos, entre los que destacan las obras de Rufino Tamayo (México), Francisco Toledo (México), Elda Di Malio (Piura) y otros.
En las salas 3 y 4 se rinde un homenaje al maestro Angel Chávez, hermano de Gerardo, cuyos sorprendentes cuadros deslumbran la retina de los visitantes. La sala 5 es denominada Salón Peruano, cuyo espacio está destinado a pinturas y esculturas de artistas nacionales, entre quienes destacan los trabajos de Venancio Shinky, Alberto Guzmán, José Tola, etc.
El Salón Latinoamericano corresponde a la Sala 6. Aquí disfrutamos de la calidad de artística del chileno Roberto Matta, Oswaldo Guayasamín (Ecuador), David Alfaro Siqueiros, entre otros. Mientras que en las salas 7 y 8 nos encontramos con las obras del fundador del museo, Gerardo Chávez.
En el primer ambiente se exhibe una retrospectiva de las diversas etapas por las que transcurrió e el quehacer artístico del pintor. Y la ultima, quizá la principal del museo, alberga obras de gran formato, donde el artista muestra trabajos de su etapa de "investigación", a través de su estudio de las técnicas, materiales y temática de la región.
El material de soporte utilizado es el yute revestido en barro y con pigmentos naturales, destaca un enorme cuadro de 12 por 2.40 metros, denominada La Procesión de la papa, con el cual rinde culto a este cultivo ancestral de los peruanos. Entretanto, al ingreso al museo se aprecian dos obras valiosas: Armario cerrado, de Paul Klee y Venus, de Alberto Giacometti. Asimismo, en uno de los jardines se admiramos una magnifica escultura de la artista boliviana, Marina Núñez del Prado.
• NATURALEZA VIVA
Esta cuna del arte se encuentra en medio de un extenso jardín, donde prima una sábana verde de grass, bajo la sombra de frondosos árboles frutales y ornamentales artísticamente sembrados. Claro, no pueden faltar las coloridas floraciones que le imprimen vivacidad e intensidad. El agua que discurre por la acequia a un costado de las salas de arte, simboliza el devenir de la vida, pues de su ella se alimentan las plantaciones del jardín.
En el cafetín, ubicado al lado izquierdo, los visitantes degustan algunas bebidas, pero también tienen la posibilidad de adquirir souvenirs, polos y otros recursos. Este gran museo, orgullo de los liberteños, abre sus puertas de par en par para recibir a los trujillanos y visitantes extranjeros, desde los niños, jóvenes y adultos y de esa manera adentrarnos en el mundo de la estética plástica, pero sobretodo conocer la grandeza creativa de los principales pintores del Perú y el mundo.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

UN EXELENTE ARTISTA CHÁVEZ!