Peregrinaje al Señor Cautivo de Ayabaca

“Desde lejos he venido, desde lejos he venido, para ver a mi Cautivo, para ver a mi Cautivo” … “Gracias Cautivo, gracias Señor, por habernos hecho llegar a ti”… “Por tu día Señor Cautivo, te deseamos felicidades” …
Estas son algunas frases de las decenas de coros que con furor se escuchan contagiantes en la iglesia, en la Plaza de Armas y en las estrechas calles de Ayabaca, esa andina ciudad de la región Piura, convertida en un verdadero santuario místico. Aquellas melodías, generalmente, son música de pasillos (ecuatorianas) con letra compuesta y adaptada para dedicarla al Señor Cautivo, y que la misma Iglesia ha compilado en un CD con 90 temas para ofertar a los devotos. El día central de la festividad es el 13 de octubre, pero se celebra durante todo el mes.
Hasta esta localidad, este año, arribaron alrededor de 80 mil seguidores del Señor Cautivo, entre peregrinos y devotos, en pos de un milagro o para agradecerle alguna gracia concedida, que son muchas, las que unos las gritan a viva voz ante la sagrada imagen y otros las guardan contritos en su corazón, pero que no pueden ocultarla cuando le dirigen su mirada directamente a su rostro, mientras unas velas o cirios se derriten y dejan discurrir su incandescente cera entre sus manos, sin que ellos hagan ningún gesto de dolor.
Es tanta la fe al Señor Cautivo que el dolor y el sacrificio se ha convertido en el mejor regalo de sus devotos y peregrinos. La cera derretida entre los dedos es la parte final, previamente muchos han debido hacer un largo peregrinaje de cientos de kilómetros para llegar a esta nueva tierra santa. Había algunos que emprendieron su caminata en junio y julio desde Arica (Chile), Tacna e Ica, y otros de otras ciudades más cercanas en fechas posteriores. El recorrido más largo es de 2,500 kilómetros, desde frontera sur al norte.
Estos peregrinos, vestidos con su manto morado, suelen llevar una imagen del Señor Cautivo entre sus manos o cargar una cruz, cuyo peso se aligera con una pequeña rueda, en uno de sus extremos, la misma que también impide que la madera se deteriore.
Claudio Quiroz Flores, vicepresidente de la Hermandad de Chulucanas, lleva 18 años de peregrinaje y dice que este sacrificio no es nada comparado con el milagro que le hizo el Señor Cautivo (curación de su madre que tenía los pies y manos inmovilizados, a quien no sanaban los médicos ni los curanderos).
“Los médicos me dijeron que espere lo peor, sin embargo después de frotar el algodón y darle varios remedios caseros sanó como un relámpago, fue un milagro. Desde entonces decidí caminar hasta el Cautivo Moreno me lo permita”, añade. Reconoce que en el camino hay mucha gente solidaria que les provee agua, frutas y alimentos que ellos consumen al paso porque no pueden llevar tanto peso. Tampoco suelen llevar dinero porque también tienen encuentros con delincuentes, pero sobretodo porque se trata de un peregrinaje.
En este trayecto, los caminantes de la fe no solo llevan consigo sus peticiones, sino que su esfuerzo sirve para derramar su fe sobre otras personas que padecen algún mal y no pueden llegar hasta Ayabaca para contársela al Señor Cautivo. Estos frotan un trozo de algodón en la parte donde se concentra su dolor y lo entregan a los peregrinos para que estos hagan lo propio en el manto de la imagen, o les encargan fotos, dijes u otros objetos menores.
Mauricio de la Cruz, un taxista trujillano, asegura no conocer directamente al Señor Cautivo, pero el año pasado padecía un intenso dolor al estómago y estaban a punto de practicarle una cirugía, hasta que un día se topó con unos peregrinos, a los que, compadecido de su esfuerzo, les ofreció unas refrescantes bebidas, mientras ellos le contaban la fuerza milagrosa de su fe, y se ofrecieron llevarle ese algodón. Con sorpresa, Mauricio, revela que después del día central de la fiesta, la dolencia desapareció.
El sacrificio no termina con esa larga caminata, sino que algunos al llegar a la entrada de la ciudad, se inclinan, remangan su pantalón e inicia su desplazamiento de rodillas o arrastrándose, con la fotografía de la persona beneficiada con el milagro (hermano, madre, padre o hijo) y su pesada mochila en su espalda; entre ellos encontramos varones, mujeres, niños, jóvenes y adolescentes.
Pero este dolor es amenguado con los cantos de los improvisados músicos que, con sus tambores, guitarras, trompetas, charangos, acompañan a estos creyentes y panderetas, acompañan ese recorrido; aunque eso no impide que ante tanto dolor muchos visitantes dejen escapar sus lágrimas; y les ofrezcan una bebida reconfortante.
Así llegan hasta la puerta del templo donde se yerguen para ascender por las escaleras y besar o envolver su rostro con el manto del “Cautivito”. Este es el momento de mayor plenitud para un devoto o peregrino, es el instante en que dejar escapar sus oraciones y deseos más profundos, acompañados de lágrimas, a la vez que frotan los algodones, fotos, dijes; otros esparcen le fragancias y lociones.
Una vez cumplida la promesa retornan en repletos camiones. Esta es la movilidad “oficial” de los peregrinos porque no tienen el suficiente dinero para sufragar el costo elevado de un pasaje en bus, pero lo importante es la satisfacción del haber estado ante “su Negrito”.
LA PROCESION
Otros han decidido que su promesa termina luego de participar en alguna de las multitudinarias procesiones del 12, 13 o 14 de octubre, lo cual incluye cargar la imagen o solo acompañarlo en su recorrido.
Antes de la procesión el mismo obispo de la diócesis de Chulucanas, Daniel Turley  Murphy, oficia la misma en el frontis de la iglesia, mientras los feligreses escuchan en una plaza repleta, entre los que se avistan niños en hombros de sus padres, soportando el intenso sol, pero sin dejar de avivar, cantar, aplaudir y agitar las imágenes que llevan consigo hasta que llega el momento de la comunión cuando al menos 10 sacerdotes se internan entre la multitud para llegar hasta los que están aptos a recibir el “cuerpo de Cristo”.
Otro desborde de emociones se desencadena al momento que el sacerdote procede a bendecir las decenas de imágenes, agua y otros objetos, tras lo cual la imagen parte en hombros de los miembros de las hermandades que se han inscrito para tener la dicha de cargarla. El 12 sale precedida por la Virgen del Pilar, el 13 el Cautivo solo y el 14 nuevamente, pero sólo para ser venerado por los lugareños.
La concurrencia es tanta que del piso del templo y de los candelabros  este año se recogieron al menos 55 quintales de cera derretida, labor que se cumple a cada momento para evitar la excesiva concentración.
• EL SIGNOD E LA FE
De regreso a casa, mientras saboreo un bocadillo (dulce típico preparado con chancaca y maní tostado), por la ventana del bus admiro ese paisaje que se abre paso a los costados de la serpenteante carretera, trazada entre los escarpados cerros que llegan hasta los 3990 m.s.n.m.; pero no puedo apartar de mi memoria esas imágenes de rostros llorosos, codos y rodillas sangrantes, labios resecos y rostros compungidos, y niños contritos, con vinchas en sus cabezas, aplaudiendo y cantando incesantemente, sin importarles el frió, ni el calor, ni esas largas colas.
¿Por qué tanto sacrificio? Esta vez entendí que ese esfuerzo es el signo de la fe. El monseñor, Daniel Turley  Murphy, explica que este sacrificio no lo pide ni lo exige la iglesia, es voluntario y espontáneo, brota del corazón de los fieles. “Ellos quieren hacer algo sobrehumano, pero ofrecido al Señor Jesucristo, porque él también hizo mucho por ellos: ofrendó su vida para salvarnos del pecado, y ahora quieren devolverle ese amor, y eso es maravilloso”. Aunque advierte que los niños sufren demasiado.
Lo que más me sorprendió es que quienes hacen el mayor sacrificio no son los que llegan a pedir un favor, sino aquellos que retornan a cumplir su promesa por el milagro concedido. Una verdadera expresión de gratitud.

MAS INFO

Para llegar hasta Ayabaca es necesario desplazarse de Trujillo a Piura (seis horas), las empresas que cubren est ruta son Línea, Emtrafesa, Itssa, El Dorado y otras. Entre Piura y Ayabaca hay una distancia de 230 kilómetros (seis horas), por una carretera que tiene un tramo asfaltado y otro que está a nivel de afirmado. Las empresas de buses son Poderoso Cautivo, Las Vegas y otras unidades que salen del terminal Castilla. En esta temporada aumentan el costo de los pasajes de 25 40 soles, lo mismo pasa con los pocos hoteles y hostales que quedan totalmente copados, por lo cual toda la ciudad se convierte en un hospedaje; pues la mayoría de ayabaquinos abre sus puertas de par en par para dar abrigo a peregrinos y devotos, inclusive otros duermen en la Plaza de Armas y en el exterior e interior del templo.
Una buena nueva que se llevaron los devotos este año es que ya se cuenta con el terreno donde se construirá el moderno santuario del Señor Cautivo, cuya inversión se estima en 3 millones de soles. Ese local tendrá tres pisos, y contará con un museo en el que se exhibirán los mantos, joyas y demás pertenecías de la sagrada imagen.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo. En ti señor cautivo de ayabaca te hago una promesa ir. Con. Mi hermanito luis quele salga. Todo. Bien ami. Hermano. Creo en ti mi señor. Boy. Air con mi hermano caminando y. Autobus tambien. Ayudanos señor. Te dejo todo en tus manos. Señor mio.

Oscar Vasquez Flores dijo...

Hola puedo ir en cualquier fecha y ver la imagen del Sr. Cautivo?? o en determinadas fechas no es posible por reparacion quiza???

Oscar Vasquez Flores dijo...

Hola se puede ir en cualquier fecha para ver al Sr. Cautivo o por fechas gurdan su imagen?

Gracias por el dato.