Guido Sánchez Santur
Después de seis meses, terminó la restauración de la casona donde funcionará el Centro Cultural Víctor Raúl Haya de la Torre, ubicada en la quinta cuadra del jirón Orbegoso, en Trujillo. La obra demandó una inversión aproximada de un millón y medio de soles.
El restaurador Ricardo Morales Gamarra, responsable de este proyecto, expresó su satisfacción porque estos trabajos permitieron reafirmar los valores de las casas Republicanas que fueron menores; es decir,que no llegaron tener grandes dimensiones como la Iturregui o el Centro Viejo.
Precisó que se encontró, como algo atípico en este tipo de construcciones, un segundo corredor que une el salón principal con el comedor, y eso no lo tienen otras casas de la misma época. El otro va del patio principal hasta la huerta.
Asimismo, hay un viejo albañal que alimentaba con agua del río Moche las huertas de las casas. Este recurso venía, a través del canal La Mochica, hasta la atarjea ubicada en la plazuela Recreo y de ahí se redistribuía a la ciudad.
“Es interesante haber encontrado estos canales del siglo XVII o XVIII que no corresponden a la arquitectura del XIX en el que se enmarca la casona”, precisó.
Puso de relieve la charola ubicada en el techo, una estructura tallada en madera y de las que en Trujillo sólo hay dos; la otra se aprecia, en estado de avanzado deterioro, en la casona Guimaraes (cuarta cuadra de la calle Gamarra).
De la misma manera, indicó que los murales rescatados corresponden al periodo romanticista del último tercio del siglo XIX, lo cual demuestra que la arquitectura civil y religiosa de Trujillo fue completamente policromada, muy rica en decoraciones, como esos temas rurales, similares a los que alberga la Casa Hoyle, Ganoza Temple y otras.
“Esto nos da una clara idea que detrás de los viejos enlucidos hay mucho por descubrir. El mural se debe ver no como un estorbo,sino como la piel de la arquitectura. Eso demuestra el interés que tuvo el trujillano del siglo XVI hasta mediados del XX por mantener sus viviendas ricamente decoradas, pero sin mayores costos”, enfatizó, al recordar que uno de los últimos muralista fue Manuel Márquez, quien pintó la mayoría de iglesias de esta ciudad.
“En esta casa se hizo un trabajo de restauración ajustado a todas las normas. Fue necesario consolidar las estructuras, es decir que los muros fueron calzados y se reforzó las puertas y ventanas”, comentó.
• VARIOS AMBIENTES
Gamarra Morales detalló que en la parte lateral derecha hay cinco ambientes destinados a exposiciones permanentes relacionadas con Víctor Raúl Haya de la Torre, con especial énfasis en el movimiento Grupo Norte; es decir que se destacará la parte intelectual antes que la política.
En una sala ubicada en el ingreso del local habrá una biblioteca con abundante documentación histórica y libros de la editorial del Congreso de la República. Otro espacio estará destinado a la venta de libros y souvenirs.
Mientras que el altillo o mezanine será usado para oficinas; y la parte central de la casa (cuatro ambientes) se destinará a exposiciones temporales.
Una primera sala acogerá las obras del pintor trujillano Macedonio La Torre, miembro del Grupo Norte; en el segundo, se exhibirán las pinturas de otro artista liberteño, Gerardo Chávez; y en el último ambiente se destacará la importancia del agua como el bien más importante, después de lo espiritual, ahí está canal recién descubierto, y que se acompañará con planos y mapas. El patio quedará libre.
En lo que fue la huerta también se recuperó un pozo de 7 metros de profundidad. En este ambiente se acondicionarán los servicios higiénicos y al fondo se construirá una sala de congresos y conferencias.
Morales Gamarra manifestó su satisfacción por este esfuerzo del Gobierno porque la última casa restaurada totalmente fue la Garci Holguín, en el 2000. Desde entonces la Casa Haya de la Torre es la primera que se recupera íntegramente, a iniciativa del congresista Luis Alva Castro, quien lideró las gestiones ante las diversas instancias gubernamentales.
Alva castro también fue el impulsor de la ‘Llegó la Hora de Trujillo’ (1987-1990), programa que permitió recuperar las iglesias Belén, Huamán, Santa Rosa, el Museo Catedralicio, la Catedral, El Carmen, el monasterio El Carmen, la Casa del Mariscal Orbegoso, la Casa Risco (Museo Arqueológico), entre otras.